Según un informe elaborado por el Foro Económico Mundial (FEM), actualmente el mercado laboral es una gran amenaza para España y nos deja datos como:
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El 54% de los españoles no están satisfechos con su situación laboral.
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Con una tasa de 14,1%, España lidera el mayor nivel de paro en la Unión Europea.
A todo esto, debemos sumarle una rutina laboral monótona, falta de innovación, desmotivación y una sensación de estar "estancado" que acaba esparciéndose entre todas las personas empleadas.
Llegados a este punto en el que el panorama laboral nos hace perder el rumbo e incluso pararnos en seco, tenemos dos opciones. Continuar en ese camino o aprovechar este momento para desarrollar nuevas capacidades y habilidades para potenciar su carrera profesional.
Cada vez más las empresas buscan personas tipo T, es decir, personas que, aunque tengan conocimientos específicos, ya sea porque han estudiado una carrera o son profesionales de un sector concreto, también cuentan con otras competencias fuera de su especialidad. La diversidad en conocimientos y habilidades y capacidad de aprendizaje genera talento mucho más atractivo para el mercado laboral.
Este aprendizaje continuo, también conocido como lifelong learning, propone no ver los estudios como algo que solo debes de hacer durante tus primeros años, sino como una experiencia abierta en todas las etapas de la vida de una persona. Además, con la digitalización y el desarrollo continuo de las nuevas tecnologías, actualmente debemos estar en constante aprendizaje y adaptación.
Beneficios de los programas de formación
Los programas de formación que ofrecen en las empresas tienen el efecto principal de incrementar los conocimientos de sus empleados. Pero, paralelamente, este desarrollo de conocimientos tiene otros efectos igual de importantes en el empleado:
- Fomenta su adaptabilidad y flexibilidad ante cambios organizacionales.
- Mejora su perfil profesional y empleabilidad.
- Proporciona un sentimiento de autorrealización.
- Mejora la autoestima porque permite que el empleado sea más autónomo y resolutivo ante cualquier problema.
- Potencia el nivel de implicación con la empresa ayudando así a la retención del talento.
- Ayuda a incrementar el sentimiento de seguridad laboral.
